La ministra de la Secretaría General de Gobierno, Paula Narváez, calificó como preocupantes los resultados de una encuesta que reveló que el 75 por ciento que Chile debería poner restricciones a la inmigración. «Nos parece preocupante. Eso hay que analizarlo con detención y hay que analizarlo también a la luz de estudios más en profundidad al respecto, pero sin duda lo miramos con preocupación. Yo creo que falta información más detallada y más objetiva», dijo la autoridad. Publicado en Cooperativa.cl.
La encuesta Cadem-Plaza Pública, publciada por La Tercera, revelara que el 85 por ciento de los chilenos cree que se debe expulsar a los inmigrantes que comenten delitos y el 75 por ciento considera que Chile debería poner restricciones a la inmigración.
El debate surgió la semana pasada cuando el ex Presidente Sebastián Piñera señaló que «muchas bandas de delincuentes en Chile son de extranjeros».
Ante esto, Narváez hizo un llamado «a todas las autoridades políticas, líderes de opinión o aquellas personas que esperan o pretender ejercer un liderazgo, es que tengamos un rol pedagógico con todos los chilenos y chilenas«.
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«Recordemos que hay muchos chilenos, muchos compatriotas nuestros que viven fuera de Chile hoy día y que también merecen un trato respetuoso en los lugares donde están. Pero, por supuesto, si alguno de esos chilenos comete algún error o algún delito, va a ser sancionado. Lo mismo ocurre con los extranjeros que viven en Chile o los con inmigrantes que viven en Chile», expresó.
Y enfatizó: «No podemos a priori establecer una caricatura un prejuicio o un estigma respecto de estas personas«.
«No creemos que sea ése el Chile que todos queremos construir, un Chile que discrimine y que estigmatice y que expulse. Creemos todo lo contrario, que Chile debe ser un país que acoja con normas claras, con regulaciones y donde la ley, por supuesto, tiene que ser aplicada para todos y todas«, concluyó la ministra.
Gobierno reprochó «prejuicios hacia los migrantes»
Por otra parte, la Presidenta Michelle Bachelet confirmó que en el último tercio del Gobierno se va a priorizar una nueva Ley de Migraciones.
Ante esto, el ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, comentó que «lo que no es aceptable, y en mi opinión es más bien reprochable, es que se esté estimulando por parte de algunos sectores de derecha, prejuicios hacia los migrantes. Sacar ventajas electorales de un tema que sabemos cómo comienza, pero no sabemos cómo termina».
Narvaéz además anunció que en los próximos días publicaran los resultados de la encuesta Casen sobre inmigrantes que busca reflejar la condición socioeconómica de estos.
En tanto, la presidenta de la Democracia Cristiana, senadora Carolina Goic, opinó que «es un debate que tenemos que tomar con mesura, no asociando criminalidad con migración, creo que lo más importante. Tomar medidas duras en el caso de que efectivamente hayan delincuentes, pero yo creo que hay que ser muy cuidadosos».
«Hay muchas personas que vienen desde otros países, que hacen un aporte a nuestro país (…). Espero que la discusión con respecto a la ley de migraciones nos permita ponderar el debate y tener una ley moderna que permita acoger a personas que vienen de otros países y también resolver esas situaciones», añadió.
Ezzati: Migrantes no vienen ni a robarnos trabajo ni oportunidades
Por su parte, el arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati, señaló que los migrantes «son personas y que por consiguiente tienen todo el derecho a ser acogidos como muchas veces yo mismo fue acogido con mucha generosidad de parte de este país, y aquí he podido desarrollarme como persona, como sacerdote y como obispo», agregó el religioso.
El cardenal concluyó que «somos el único país de América Latina que todavía no ha renovado su legislación en razón a este fenómeno. Muchas veces nos han dicho que está en estudio, muchas veces nos han agradecido, pero hay que partir siempre desde la dimensión muy positiva que los migrantes no vienen ni a robarnos trabajo ni oportunidades, sino que vienen a colaborar con nosotros».
La llegada de inmigrantes comenzó a masificarse en Chile a partir de la década del 90. Hoy, 26 años después, suman cerca de 478 mil; la mayoría proviene de Perú, el resto son bolivianos, ecuatorianos, uruguayos y últimamente haitianos y venezolanos.
